jueves, 4 de diciembre de 2008

Esperando

Me empujan, y entro a una sala donde todo esta negro, no veo nada, todo tiembla y yo solo quiero salir. La puerta se cierra y las luces se prenden, una mujer me estaba esperando, se sabe mi nombre y me dice que espere. Yo cierro los ojos y aparezco sentado, sintiendo como las horas pasan pero en realidad nada ha pasado. Ya no tengo miedo, la curiosidad se ha apoderado de mi, y tengo la extraña sensación de que estamos siendo observados, por un publico silencioso, pero puedo sentir sus pensamientos, ellos están igual que yo, expectantes y ansiosos sobre lo que pueda pasar, pero se nota que ellos, a diferencia mía, no están desesperados, porque aun tienen esperanza, saben que a ellos aun no les llega la hora y piensan que todo puede ser parte de su imaginación.

No se porque estoy aquí -mentira- si siempre fui una persona amable, tratando de hacer lo correcto aunque no fuese de mi total agrado. Siempre decía que lo importante era que los demás se sintieran felices, de esa forma yo me sentiría igual de bien. Pero veo que en la vida todo se paga, y el menor error hace que todo lo demás no haya valido la pena. Por eso me siento casi como en casa, aquí se juzga superficialmente, al igual que lo hace el resto de la humanidad.

Espero que el teléfono suene, como lo hacia hace tiempo, pero nadie llama. Hace años que no suena, y yo estoy aburrido en este lugar, no hay nadie, solo el público que me observa. Lo peor de todo, es que creo que me falta mucho tiempo por esperar, tal vez necesitare más de una vida.

(Retomando las letras)